Esta vivienda fue pensada para una pareja joven que recién arrancaba con el proyecto de familia,  fue clave la idea de una cocina que se adapte a la necesidad de integrarse o no al resto de los espacios según se necesitara.

En la fachada de se puede ver el contraste entre el color claro de las paredes con el techo inclinado negro, las aberturas en aluminio negro y las protagonistas puertas en madera kiri natural  (ingreso principal y  escritorio).

Además la combinación de techos inclinados y planos hacen un juego de terminaciones, que junto a las molduras simples y puras dan un toque especial a esta vivienda.